Felicidad Personal y Felicidad Relacional

C. Happiness 

Pedro Amador 

6 de mayo 2021

No recuerdan autores como M. Seligman que en los últimos cincuenta años la psicología se ha dedicado a un único tema, la enfermedad mental, con buenos resultados, ya que ahora se cuenta con mucha información sobre el desarrollo de depresiones, esquizofrenias, etc, y sobre sus causas genéticas, bioquímicas o psicológicas. El recientemente fallecido, Eduardo Punset, apuntó también a que la revolución científica ha desatado uno de los cambios más importantes: la prolongación de la esperanza de vida en los países desarrollados, ampliándose en más de cuarenta años. Se da la paradoja de que, justo en estos momentos, la flor y nata de los científicos (Sonia Lyubomirsky) lanzan un grito de alerta: se ciernen amenazas letales de tal calibre que sólo existe un 50 por ciento de probabilidades de alcanzar el objetivo de la felicidad.

Definía Aristóteles la felicidad como bien supremo, que da sentido y finalidad a todo otro fin querido por el hombre (“La felicidad depende de nosotros mismos”). Pero en cuanto se intenta aclarar qué es este bien, empiezan las discrepancias en todos los ámbitos. Ser feliz y conseguir rodearse de personas más felices es una necesidad, sobre todo en un entorno competitivo en que intangibles como el talento son cruciales para obtener mayores beneficios. Al final sólo las organizaciones que asocien de forma consistente y continua la felicidad a su estrategia con excelentes políticas de recursos humanos conseguirán una ventaja competitiva sostenible.

Por misterioso que parezca, cada persona debe buscar y encontrar el bienestar en las funciones laborales que realiza y en la forma de hacerlas mejor que la competencia, dentro de una organización que le valora y trata como ser humano, no solo como empleado. Y no sólo dentro de cada organización, sino dentro de un entorno social y su propio contexto.
La Ciencia de la Felicidad

C. Happiness

Gaspar Contreras

15 de abril 2021